Entre los muchos libros que Charles Baudelaire se propuso escribir y nunca escribió, estaba el que haría real el proyecto que Jean-Jacques Rousseau, menos franco que insidioso, había intentado en sus Confesiones: la redacción de Mi corazón al desnudo, obra en la que volcaría sus pensamientos y sus emociones más íntimos con descarnada sinceridad. De aquel proyecto sólo quedarían pocos y reveladores apuntes. Pero lo que no podía sospechar era que, involuntariamente, ya lo iba concretando en sus cartas, sobre todo las dirigidas a su madre. En ellas vemos al Baudelaire más espontáneo, el menos "ataviado" para la posteridad, el que no necesita ocultar sus cóleras, su prodigalidad, sus angustias, sus rencores, sus miedos, sus caprichos infantiles; el poeta que exhibe su inseguridad por lo que le reserva el futuro, su insatisfacción por el irregular e inconstante esfuerzo que dedica a la literatura, su frustración por no ser capaz de llevar a cabo los innumerables proyectos con los que fantaseó sin fin durante tantos y tan difíciles años; y, detrás de cada línea, percibimos también la silueta de la admirable mujer que, calumniada a veces por biógrafos parciales, supo acompañarlo, pese a todo, a lo largo de su accidentada vida. Las Cartas se leen, así, como una apasionante novela que va pasando de lo banal a lo patético, de lo cómico a lo trágico, y constituyen, en su conjunto, un documento esencial para comprender en sus más variados aspectos la personalidad del gran poeta francés.La presente edición reúne la totalidad de las cartas ya publicadas en formato digital por Ediciones De La Mirándola en los volúmenes Querida Mamá. Cartas a la madre 1834-1859 y Querida Madre. Cartas a Madame Aupick 1860-1866.