Las grandes respuestas a la muerte y la vida, una manera de enfrentarse al mal y las enfermedades de nuestro tiempo, aprende a materializar aquello que genera tu mente y mucho mas, éxito, espiritualidad... y todo con evidencias irrefutables que te dejarán sin habla, en esta obra conocerás como despertar la Divinidad que hay en ti.Encontrarás pruebas científicas y reales de casos asombrosos tanto de curaciones como de hazañas que parecen imposibles, mostradas por personas sencillas que no dejarán lugar a dudas de la capacidad asombrosa del ser humano.Aprenderás prácticas sencillas para superar traumas, mejorar tu salud y bienestar, enfocar tu mente para romper límites físicos, y encontrar las respuestas transcendentales de la vida. Lo comprobarás todo a través de tu propia experiencia.No se trata de aprender cosas complicadas, sino de desaprender falsas creencias que te limitan y que la sociedad te impone, una vez compruebes que llevas una parte Divina que puede obrar auténticos Milagros despertarás a la auténtica realidad de tu existencia. Que opinan del Autor: Félix Torán (Escritor, ingeniero, autor de más de 120 publicaciones científico-técnicas): Eduardo ha superado retos realmente sorprendentes gracias al poder de la mente. Él es una prueba viviente de que si controlamos nuestra mente controlamos nuestro destino, y ninguna barrera es lo bastante fuerte para detener nuestro avance. Usted, lector, tiene en sus manos un maravilloso testimonio de superación personal y del poder de la mente, relatado por una persona que lo ha experimentado. Déjese llevar y disfrute de sus relatos vivenciales y de sus consejos. David Alonso (Periodista de la Cadena Ser): Debo reconocer que cuando me hablaron por primera vez de Eduardo y fui indagando en sus hazañas llegué a dudar que fuera cierto todo cuanto se decía de él. En mi estrecha mente mundana y condicionada por las películas de Superman (pura ciencia ficción) no cabía como real la imagen de alguien partiendo ladrillos con un dedo, ganando un combate de artes marciales con los ojos vendados, aguantar la fuerza de 20 personas empujando sin moverse y demás proezas poco verosímiles para el ciudadano común. Me sonaba a fuegos artificiales, a trucos de magia que escondían una realidad oculta detrás de una cortina de humo. Sin embargo, decidí aventurarme en el descubrimiento de un personaje tan singular. Intenté aparcar mis erróneos e injustificados prejuicios y acercarme a una nueva dimensión para mí. Eduardo me sorprend